En España, una nueva polémica ha surgido en torno a la protección de los animales y sus dueños. Se trata de la obligación de las clínicas veterinarias de retener a los animales que llegan a sus instalaciones para que se les lea el chip hasta la llegada de su dueño. Esta situación ha sido desencadenada por la historia de Lil, un cachorro de bóxer de 6 meses que se perdió en el Parque Alamillo en Sevilla.
Obligación a las clínicas veterinarias a retener los animales que se llevan para que lean chip hasta llegada de dueño
Os cuento la historia de Lil, un cachorro de bóxer de 6 meses, el cual se perdió en el Parque Alamillo en Sevilla, fue llevado a una clínica veterinaria por quien lo encontró, y vio que tenía chip e inmediatamente se quitó del medio (que si que dejó dicho un número de móvil (que tiene con llamadas de entrada restringidas) y la clínica se lava las manos, la policía aunque hay denuncia, no hace nada por devolverle a este cachorrillo a su dueño que está hundido desde noviembre que se le perdió, y de verdad, no se sabe que habrá pasado con este pobre cachorro.
Firmar esta peticiónSegún relata su dueño, el animal fue llevado a una clínica veterinaria por una persona que lo encontró, pero al ver que tenía chip, decidió retirarse dejando únicamente un número de móvil con llamadas de entrada restringidas. A pesar de que se ha interpuesto una denuncia, la policía no ha hecho nada para devolver a Lil a su legítimo dueño, quien se encuentra devastado desde que perdió a su mascota en noviembre.
Esta situación ha generado una gran indignación en la sociedad, ya que se considera que la clínica veterinaria en cuestión no ha cumplido con su deber de retener al animal hasta que su dueño pudiera ser localizado. En este sentido, se ha hecho un llamado a que exista una ley que obligue a las clínicas a retener a los animales con chip hasta que sus dueños puedan ser contactados, incluso con la ayuda de la policía si fuera necesario.
La importancia de esta medida radica en que, al implantar un chip a un animal, se espera que en caso de extravío o robo, este pueda ser identificado y devuelto a su dueño. Sin embargo, esta historia demuestra que sin una regulación adecuada, los dueños pueden perder a sus mascotas para siempre.
Por ello, se hace un llamado a la solidaridad y empatía con casos como el de Lil, ya que podría ser cualquier animal o dueño el que se encuentre en esta situación. Se pide a la sociedad que firme y comparta esta petición para que se promueva una ley que proteja a los animales y sus dueños en situaciones como esta.
Es necesario que las autoridades tomen medidas al respecto y se garantice la seguridad de los animales y la tranquilidad de sus dueños. No permitamos que historias como la de Lil se repitan y unamos fuerzas para que se respeten los derechos de los animales y se eviten situaciones tan lamentables como esta. Firma y comparte esta petición, porque Lil podría ser también el perro de cualquiera de nosotros.