Situación crítica en Siria e Irak: Civiles atrapados en medio de una guerra sin esperanza mientras la comunidad internacional se mantiene indiferente

La situación en Siria e Irak es desesperada, mientras que la comunidad internacional sigue mirando hacia otro lado. Decenas de países están involucrados en este conflicto, cada uno con sus propios intereses y agendas políticas, pero ninguno parece estar preocupado por la vida de los civiles inocentes que sufren las consecuencias de esta guerra sin sentido.

SOSVOX - hace 3 meses
Terminar con los ataques en Siria e Irak con muerte de civiles inocentes

Terminar con los ataques en Siria e Irak con muerte de civiles inocentes

Decenas de países están implicados de una manera o de otra en la guerra en Siria, cada cual defendiendo sus propios "intereses". Entre tanto, los muertos superan los 300.000, más de 12 millones de habitantes han sido "desplazados" y los que aún quedan viven bajo la amenaza permanente de las bombas. Y a pesar de todo, la comunidad internacional ha dejado de lado la necesidad más urgente: proteger a la población civil El mundo tiene los ojos puestos en Siria, pero cada país se asoma al conflicto desde su perspectiva. Todos declaran al IS como el enemigo común y nadie tiene en cuenta la población, que sufre sobre todo por las bombas. La mitad de los hospitales han sido destruidos en la guerra. Más de 500 médicos y enfermeras han muerto bajo las bombas. Unos 15.000 han dejado el país. Las muertes por enfermedades crónicas por falta de tratamiento superan las 200.000. El acceso a medicamentos ha caído un 90%. El 30% de la población no tiene acceso al agua potable... Los sirios no tienen otra elección que dejar su país porque son expulsados por la violencia. Ellos no eligen morir en el mar o fallecer congelados, o perder a sus seres queridos en medio de ninguna parte. Ellos no eligen ser bombardeados, o alimentados como animales, o temidos como si fueran terroristas. Ellos son civiles inocentes, víctimas de una de las mayores crisis humanitaria de la historia moderna

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Más de 300.000 personas han perdido la vida en Siria desde que comenzó la guerra, hace ya casi siete años. Y esta cifra continúa aumentando día a día, mientras el mundo sigue sin tomar acciones concretas para proteger a la población civil. Además, más de 12 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares, y los que aún permanecen en el país viven bajo la constante amenaza de las bombas.

Pero a pesar de estas terribles cifras, la comunidad internacional ha dejado de lado la necesidad más urgente: proteger a los civiles inocentes. En lugar de ello, cada país se enfoca en sus propios intereses y en su lucha contra el Estado Islámico, olvidando que la verdadera víctima de esta guerra son los ciudadanos sirios e iraquíes.

La falta de acciones concretas por parte de la comunidad internacional ha tenido graves consecuencias en la población civil. La mitad de los hospitales en Siria han sido destruidos, dejando a miles de personas sin acceso a atención médica. Más de 500 médicos y enfermeras han perdido la vida mientras intentaban salvar a otros. Y aquellos que aún permanecen en el país, enfrentan enormes dificultades para acceder a medicamentos y tratamientos básicos.

Además, la crisis humanitaria en Siria e Irak ha causado que miles de personas se vean obligadas a abandonar sus hogares en busca de un lugar seguro. Sin embargo, muchos de ellos encuentran la muerte en el camino, ya sea en el mar o en condiciones inhumanas en campos de refugiados. Y aquellos que logran llegar a su destino, se enfrentan a la discriminación y al miedo por parte de otros países, que los ven como posibles terroristas.

Es hora de que la comunidad internacional deje de lado sus intereses políticos y se centre en proteger a los civiles inocentes en Siria e Irak. Se necesitan acciones concretas para poner fin a esta guerra y proporcionar ayuda humanitaria a aquellos que más lo necesitan. Es necesario que se establezcan corredores humanitarios para garantizar el acceso a alimentos, medicinas y atención médica para la población civil. Y sobre todo, es imprescindible que se ponga fin a los ataques indiscriminados contra la población civil, que solo causan más sufrimiento y muerte.

Uruguay, como miembro de la comunidad internacional, no puede quedarse de brazos cruzados ante esta crisis humanitaria. Está en nuestras manos tomar medidas y presionar a otros países para que tomen acciones concretas para proteger a los civiles en Siria e Irak. La vida de miles de personas inocentes está en juego, y no podemos permitir que sigan siendo víctimas de esta guerra sin sentido. Es hora de actuar y poner fin a esta tragedia humanitaria.